En el pasado, las mujeres no la tuvieron nada fácil para estudiar y desempeñarse en carreras más relacionadas a las ciencias duras. Pero ya comienza a notarse un cambio positivo.
Alrededor de las carreras tecnológicas y de aquellas ligadas a las ciencias duras existieron históricamente una serie de mitos y estereotipos. Por ejemplo, estas disciplinas se percibían falsamente como áreas exclusivas para hombres. Además, las mujeres tuvieron que lidiar con distintas desigualdades y barreras que complicaban o impedían su desarrollo profesional en estos ambientes. Naturalmente, esto hizo que no tuvieran tantos incentivos para acercarse a estas disciplinas.
Sin embargo, últimamente todos estos límites y estigmatizaciones parecen haber empezado a ceder. Obviamente, este cambio es una gran noticia para todas las mujeres que quieren abrirse camino en estos campos, de los cuales muchos permiten ganar salarios que se ubican entre los más altos del mercado y que además tienen protagonismo en el nuevo escenario de la economía digital.
Pero también es una buena noticia para la economía de los distintos países, ya que diversos estudios demostraron que la incorporación de mujeres en todas las áreas de trabajo mejora la productividad total (entre otras cosas por su mayor capacidad para adaptarse a los cambios).
Por ejemplo, este reporte encontró que aquellas empresas con más de 40% de mujeres en sus equipos tienen 21% más probabilidades de presentar un alto rendimiento en comparación con las que tienen menos de 5%.
Por otra parte, en el sector de la tecnología la pluralidad y la diversidad de la fuerza laboral ayuda a dar forma a una economía digital más inclusiva e innovadora.
Cabe destacar que las áreas de las ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) fueron identificadas por la ONU como “necesarias para que un país siga siendo económicamente competitivo y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles”.
Más allá de los cambios que se están dando, la realidad es que la participación femenina en carreras STEM todavía tiene mucho terreno para crecer. Según la UNESCO, en 2019 la tasa mundial promedio de mujeres investigadoras era de solo 29%; y apenas el 35% de los estudiantes de STEM en la educación superior eran mujeres. En Chile este último indicador se ubicaba en apenas el 25%, y en México en 38%.
Otro reporte de 2021 enfocado en México concluyó que en el país había “una brecha importante de género para las estudiantes de nuevo ingreso, acentuada en el campo de ingeniería, manufactura y construcción, donde la participación de las mujeres no superaba el 36%”. Sin embargo, los nuevos ingresos en campos de estudio STEM para la educación terciaria habían tenido una tendencia creciente en los últimos años.
Una investigación del Servicio de Información de Educación Superior indicaba que en Chile las mujeres eran mayoría en el sistema de educación superior (54% del total de los estudiantes matriculados); pero en las carreras STEM su presencia se reducía de manera dramática: apenas un 20% en 2021.
Por otro lado, un informe de 2022 de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) indicaba que en Chile y México las mujeres representaban tan sólo un tercio de las personas que investigaban.
Más allá del déficit mencionado, los vientos empezaron a cambiar y cada vez existen más mujeres referentes visibles y activas en el ámbito STEM.
Por ejemplo, un informe del 2020 de la ONU detectó que América Latina y el Caribe era una de las dos regiones que habían alcanzado la paridad en la proporción de hombres y mujeres investigadores en áreas STEM. Y esto se estaba logrando a través de programas, alianzas público-privadas e inclusión desde temprana edad en el sistema educativo. De todas formas, las mujeres investigadoras aún se encontraban subrepresentadas en los niveles más altos de las carreras profesionales “y continúan siendo una minoría en muchos campos de las STEM en casi todos los países de la región”.
Las carreras STEM tienen un gran impacto en la transformación económica y social que se está experimentando en la actualidad. Por eso es clave el avance de la mujer en disciplinas “que impulsan la innovación, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible”. Además, hay una cuestión práctica: muchos de los roles laborales relacionados con estas carreras son los que entregan los mejores empleos a nivel de la remuneración.
Una de las formas que tienen las mujeres de formarse en estas disciplinas es estudiar carreras cortas de manera online, que aseguran una importante salida laboral. Si te entusiasma subirte a esta ola puedes aprovechar la oferta de carreras de IPP (Chile) y Onmex (México). De esta forma podrás recibirte como Técnico en Data Science, Técnico Superior en Redes Informáticas, Técnico en Cloud Administration y Técnico Superior en User Experience. También podrás estudiar la carrera de Ingeniería en Informática con Mención en Analítica Avanzada y Técnico Superior en Agile Coaching, entre muchas otras carreras que te asegurarán un futuro prometedor. ¡Inscríbete ahora!
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